CAZADOR CAZADO. CUADERNO DE CAMPO








Moldes en escayola (positivos y negativo del cuerpo humano y huellas vegetales)



 El cuerpo en piezas. Desfigurar
    Al concebir el cuerpo humano como pieza con la que trabajar, uno lo fragmenta y deforma en la mente, busca sus posibilidades y las conforma. Así, como en el trabajo de Kiki Smith, el principio de desintegración conduce a un ejercicio de alteración. Si ella lo resolvió comenzando a trabajar con la partes más pequeñas e internas del cuerpo, aquí también se presenta una inicial atención a esta dimensión.

    Lo pequeño, la proporción que se esconde dentro de nosotros como pequeñas piezas que nos conforman. Su delicadeza, ha sido en este caso acentuada mediante el cambio de escala, pues sus representaciones han sido forzadas para confundirse con lo que podrían ser insectarios, colecciones de pequeños y complejos cuerpos.

    Entendamos que cada hoja, cada insectario, contiene a una conjunto de cuerpos de la misma familia (sistema). Así, me he permitido trabajar moviéndome de sistema en sistema de nuestro organismo; comenzando por la célula, continuando por el sistema reproductor, sistema nervioso, llegando a la piel y hasta la figura en su conjunto.

    Se trata de un proceso científico, tanto en su producción como en su intención de experimento (de estudio), reforzado por la paradoja de ser un insectario. Es, nuestro cuerpo observado, coleccionado. Una mirada a nuestra relación con él, de cómo el avance en la medicina occidental ha evolucionado hasta niveles de experiencia dónde, vernos operados, fragmentados, se ha convertido en algo habitual. Como los insectos que encontramos por el campo, igual en la medicina nos permitimos observarnos y estudiarnos, buscarnos hasta el último porqué, y recrearnos en las peculiaridades.

Fuera de paradojas, la relación de nuestro cuerpo con la naturaleza; animales, insectos o plantas, es indiscutible. En ella podemos encontrar formas que nos recuerdan a nosotros, que nos acercan. Para algunos, una desafortunada familiaridad que nos iguala. Para otros, un consuelo que nos permite sentirnos parte de la naturaleza, dejar abierta la posibilidad de lo animal, de las formas que se nos escapan y están cargadas de caprichosa naturalidad.

     Entramos en el juego de lo aleatorio, de nuestros impulsos involuntarios que se escapan a la razón y que, fuera de ella, se convierten en imágenes de lo que nos conforma como seres vivos. Fragmentados, podríamos encontrarnos en el campo o flotando en el mar.

    „ (…) existe una relación entre la fragilidad de la piel, y de los papeles hechos a mano (...)“ Kiki Smith.

     De manera inmediata, las imágenes extraídas del cuerpo y llevadas sobre otro soporte, encuentran en él un nuevo cuerpo y consistencia. Adquieren las cualidades de su soporte. En este proyecto, el trabajo sobre la piel concretamente, que se ha centrado en la huella dactilar y se ha realizado en un papel que, por su transparencia y rugosidad, ayuda y aporta a la imagen. Así como para el resto, el papel de algodón es el soporte; por su densidad y textura natural.

     Supongamos entonces que este proyecto es, como se ha dicho, un cuaderno de campo. Recogido y archivado cada cuerpecíto encontrado, página a página, nos acercamos al propio cuerpo del recolector; como si caminando marcha atrás, hubiera ido recogiendo sus huellas, y así dejando otras nuevas. Es la idea de la huella dactilar, la marca de nuestra intervención en el medio como otro animal o como simple huella.

     A modo de fósil, ( refiriéndome a los moldes realizados en escayola ), trabajo con la huella del hombre en su paso por la vida, o si preferimos simplificarlo, por el campo. Igual que antes los sistemas celulares o nerviosos se confundían con insectos, ahora nuestra propia imagen se mezcla con objetos reales del mundo vegetal. Combinadas, mezcladas sus huellas, los fósiles conforman un paisaje verosímil en que sus formas conviven y se relacionan sin llamar la atención.

     Cerraré el trabajo como acaba el cuento en que el cazador, es cazado. Con un hombre que encuentra y archiva con un alfiler, su propia huella que había dejado atrás. 
// Andrea Díaz Reboredo




CHITARRE  
Seis carteles para la publicación "Racconti delle illustrazioni" - Florencia, Italia (2010)









ESCALETA PARA UNA HOJA QUE SE RESISTE POR INSEGURIDAD A SALIR A PROSCÉNIO
Tres apuntes a raíz de Michel Borremans y de su concepto sobre la escala.








2 comentarios:

  1. Magnífico trabajo y una buenísima descripción que has hecho de él. Me encanta. Espero poder ver este libro de campo. Enhorabuena.

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  2. La serie de collage me gusta muchísimo, desarrollar una idea es algo tan delicado y conlleva mucho trabajo tanto manual como intelectual. Me gusta como escribes, te haces entender muy bien y sobre todo nos acercas a tu obra de una forma tan delicada y fácil.

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Perderse siempre es lo más fácil. Sea por la mano del cariñoso desorden o por el garfio de un orden afilado, olvidamos y perdemos con una facilidad de ciencia innata. Como archivar solo me ha conducido a un entramado impenetrable de apuntes y notas danzantes, un brillo de bombilla en mi mente deja abierta la posibilidad del recuerdo como un acto grupal. Así, dejo caer estas imágenes sobre unos ojos que no son míos. Porque como dijo Buika " me da la gana de sentirme acompañada por el resto de mi vida ".

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